Para cuidar estos setos de coníferas, primero,
debemos conocer su hábito de crecimiento.
Las especies vegetales son muy prácticas,
mantienen vivas las partes de la planta que les son útiles, es decir las que realizan fotosíntesis. Aquellas a las que no les llega la luz, o están
dañadas por roturas o podas inadecuadas,
son desechadas por la planta, realizando lo que conocemos como “poda
natural”.
Esta es la causa de la perdida del follaje. La
planta crece buscando la luz, elimina la hoja en el interior, y los vástagos
leñosos no vuelven a producir hojas. Los setos se hacen cada vez más anchos y
altos, ocupando un espacio innecesario en el jardín y aceras, dificultando y
encareciendo los trabajos de mantenimiento.
Ahora que conocemos el hábito de crecimiento de
los setos de coníferas y los problemas que nos pueden plantear, podemos tomar
medidas para conseguir un seto saludable.
Mis recomendaciones son:
Lo primero es realizar una poda de
formación cuando las coníferas han alcanzado el tamaño necesario. Para ello
cortaremos los vástagos unos 15 cm por debajo del largo final que deseamos
obtener. Esta poda se debe realizar, de otoño a mediados de invierno, cuando la savia circula con mayor lentitud.
Cuando el
seto ya está formado
realizar dos podas al año:
De otoño a
mediados de invierno,
eliminar ramas secas, cruzadas, dañadas y si es necesario acortar ramas, este
es el momento para hacerlo.
En primavera, perfilar el seto,
eliminando parte del follaje nuevo.
De esta manera, además de conseguir la
forma buscada del seto, mantenemos activa la brotación justo donde la queremos.
Después pulverizar el seto con extracto de ortiga y regar con extracto de
consuelda.
Evitar colocar junto a los setos
macetas grandes, compostadoras, mobiliario de jardín, o cualquier otro elemento
que impida que le llegue la luz.
Muchas gracias por informarnos de una manera tan sencilla y didáctica, de como mantener nuestros setos.
ResponderEliminarUn saludo.